El confort térmico comienza por unas buenas ventanas

Ahora que vivimos los peores momentos del invierno con gélidas temperaturas, heladas, nieve…, echamos muchas veces de menos sentirnos a gusto con la temperatura de nuestra casa, ese confort térmico que hace más feliz a nuestro cuerpo. Pero, ¿sabemos realmente lo que es confort térmico?

Se ajustaría a la expresión de: ni frío, ni calor. Es el equilibrio térmico con el que nuestro cuerpo se siente a gusto y no tiene la necesidad de poner en marcha ninguno de sus mecanismos de termorregulación.

No es fácil evaluar, ya que en él influyen valores subjetivos como las sensaciones que experimentamos las personas. Pero tras muchos estudios científicos que analizan todas las variables que intervienen en su consecución, se ha llegado a una conclusión ampliamente aceptada que dice que el confort térmico se alcanza manteniendo una temperatura de 20º en invierno y 25º en verano, acompañada de una humedad entre el 40 y 65%.

¿Por qué es importante el confort térmico?

Como mencionábamos antes, básicamente porque hace feliz a nuestro cuerpo. Una temperatura y humedad adecuadas crean un entrono agradable, mejora nuestro descanso y nos ayuda a conseguir un adecuado rendimiento en las actividades a realizar.

¿Sabes que unas ventanas adecuadas pueden ser clave a la hora de conseguirlo?

La elección de las ventanas correctas de acuerdo con la orientación de la vivienda y su entorno climático es un factor muy importante para conseguir este confort y alcanzarlo sin que el gasto energético sea desorbitado.

Siempre pensamos en la calefacción como la solución, pero las ventanas son la clave aportando el plus de aislamiento térmico que necesitamos. Sobre todo lo notamos en temporadas de temperaturas extremas. Épocas en las que la calefacción y el aire acondicionado no llegan para mantener la temperatura de confort. O sí que la alcanzan, pero suponiendo un considerable incremento en nuestra factura energética.

En invierno, las ventanas y puertas en muchas ocasiones son el origen de fugas del calor al exterior y en verano, de la entrada de excesivo calor.

Unas buenas ventanas con unos cristales adecuados pueden aportarnos el plus de aislamiento térmico que necesitamos en temporadas de temperaturas extremas.

Mencionamos expresamente los vidrios, por ser un componente crítico y al que debemos prestar mucha atención: un 80% de las propiedades térmicas de una ventana dependen de su acristalamiento.

¿Por qué conformarse con pasar frío en casa pudiendo estar a gusto? ¿Por qué resignarse a pagar elevadas facturas de energía? 

Si quieres mejorar tus ventanas habla con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte a crear un hogar más confortable.

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